CONDUCIR EN LA OSCURIDAD
En la conducción
nocturna se triplican los riesgos de padecer siniestros viales con pérdida de
vidas.
- Por la oscuridad del ambiente, la visión del paisaje se reduce y la de los costados desaparece; disminuye el panorama tornándose monótono y relajante. Detectar animales u objetos en el camino es más complicado.
- Nuestro organismo se relaja en horarios nocturnos por razones biológicas, por lo tanto la atención y concentración disminuyen y se enlentecen los reflejos y respuestas.
Encandilamiento:
- Cuando
se pasa bruscamente de la oscuridad a la intensa luz se produce una
especie de ceguera momentánea en la visión, esta aumenta si se ha
consumido alguna bebida alcohólica u otras drogas, con algunas
enfermedades y medicamentos o si el
conductor está cansado. La luz directa e inesperada de otro vehículo,
en un cambio rasante, en una curva o un giro nos puede cegar. Ante esta situación, evite mirar
directamente a la fuente de luz y utilice la línea del borde derecho de la
calzada como guía.
- Circule con
precaución durante la salida y la puesta del sol: pueden ser momentos
críticos.
- En carretera, de noche, evite deslumbrar a otros conductores
cuando use las luces de largo alcance, cambiándolas
por las cortas antes del cruce con otro vehículo. Si esto ocurre en curva,
el conductor que circula por el interior debe ser el primero en realizar el
cambio de luces para no encandilar. Igualmente, tenga precaución de no
deslumbrar a los peatones si estos circulan por el andén.