22 de abril de 2016


UNA FLOR PARA HELENA




La vida cotidiana de Flor cambió radicalmente aquel 17 de abril de 2005. Un conductor alcoholizado con sus reflejos alterados por la cuadruplicación de la tasa de alcoholemia, produjo el siniestro vial que se llevó la vida de Helena, su única hija.


Desde entonces se dedicó a “escuchar su propia alma” y a partir de ello entregarse a la concientización social para evitar tragedias como la que le tocó enfrentar.

En cada uno de sus trabajos y participaciones está puesto el inmenso amor y dedicación que toda madre amorosa entrega a un hijo.




Flor nunca dejará de ser la madre amorosa de Helena, porque los padres que pierden físicamente a un hijo, jamás perderán el amor recíproco que los unía, el que seguirá existiendo como un motor generador de opciones positivas.



Las tragedias viales no son enfermedades físicas que aparecen de un día para el otro; son hechos evitables y prevenibles, sin embargo producto de los siniestros de tránsito en lo que va del 2016  ya fallecieron en el mundo más de 416.000 personas.

Para conocer más a Flor podés ingresar a los siguientes links:



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