11 de abril de 2024

LOS CHICOS Y EL TRÁNSITO

2 a 5 años

El mundo adulto modela la conducta del niño, por ello nos parece muy importante tener en cuenta lo que expresa el material que hemos seleccionado del cuadernillo publicado por el Automóvil Club Argentino y que lo podrás encontrar en su totalidad en nuestra solapa  Material Didáctico.













Desde chiquitos

La regla es importante y clara: desde los 2 años un niño debe comenzar a ser iniciado en las reglamentaciones del tránsito, aun cuando se considere temprano.

Enseñar Educación Vial a esta edad no es tratar conocimientos precisos de reglamentaciones y señales viales o problemas técnicos, es ir comenzando a desarrollar en los niños la conciencia de su participación en el fenómeno de la circulación  de los riesgos existentes.

Debe considerarse para el niño un entrenamiento escalonado, a través de los años, cuyo objetivo es que:

los ojos vean mejor

los oídos oigan mejor

todos los sentidos se ajusten para prevenir las distintas situaciones y peligros


De 2 a 5 años

Este es un período muy importante para la formación de hábitos y actitudes en la vida del niño. Se producen grandes avances en el desarrollo psicomotor, social y afectivo, y algunos de ellos inciden especialmente en el desenvolvimiento e integración del niño en el tránsito.

Los más pequeños ya están provistos de lo necesario para desempeñar su papel de peatón. Pueden caminar con seguridad, sus sentidos están suficientemente desarrollados, pueden servirse de sus ojos y de sus oídos, poseen ya cierta inteligencia y se interesan mucho por las cosas.

Hay niños que viajando como pasajeros ya perciben y comentan la conducta de los demás en el tránsito. El comentario no es suficiente, es importante recalcar el peligro de conductas incorrectas.

A los 2 o 3 años las cosas que el niño ve y escucha están delimitadas por lo que está permitido y lo que está prohibido.

Pero esto cambia desde la primera manifestación de desobediencia entre los 3 y 4 años de edad. Ya el niño por experiencia personal toma conciencia del mundo que lo rodea, en un principio dentro del que corresponde a su ámbito de juegos (el jardín, el patio) y quiere comenzar a experimentar lo que le era prohibido hasta entonces: ¿qué me pasará si me quedo en el patio?

A esta edad los chicos están fuertemente influenciados por la imaginación, no pueden distinguir todavía entre lo que ven realmente y lo que se representan. También suelen hacer lo que se les ocurre en forma inmediata, son cambiantes y no están mucho tiempo interesados en una misma cosa. Es por eso que un niño entre 2 y 5 años nunca debe dejarse solo o sin vigilancia en la vía pública.

Algunos consejos prácticos

📍 Lleve al niño siempre de la mano.

📍 Cruce la calzada siempre con la luz del semáforo que lo habilita y caminando por la senda peatonal. De no haber estos elementos, cruce en lo posible siempre por el mismo lugar, en forma perpendicular a la calzada.

📍 Antes de iniciar el cruce deténgase en el cordón, mire hacia la izquierda, luego hacia la derecha y nuevamente a la izquierda. Si usted repite permanentemente estos gestos, con el tiempo el hábito pasará al niño. Un ejemplo constante forma un esquema preciso en el cerebro del niño que dictará su conducta, logrando que con el tiempo su comportamiento sea el mismo tanto cuando vaya con un adulto, como cuando deba ir solo.

📍 Nunca haga demostraciones en el medio de la calle ni se detenga a señalar la diferencia entre derecha e izquierda o cuáles son las normas de tránsito, todo ello excede su capacidad de entendimiento.

📍 Tampoco el constante "tené cuidado" o "sé prudente" servirán de mucho. A esta edad el niño sigue su espíritu audaz y quiere actuar por iniciativa propia. Es probable que el niño sea imprudente en la vía pública, pero aterrorizarlo con sus peligros tampoco es recomendable, el miedo paraliza y disminuye la toma de conciencia.

📍 A partir de los 5 años aproximadamente puede comenzarse una iniciación de enseñanza oral además del ejemplo mudo, ya que comienza a despertarse en él el sentido de la realidad y se constatan los primeros rudimentos de pensamiento lógico. Ya es capaz de entender indicaciones simples acerca del desarrollo de la circulación, de reflexionar y asimilarlas. Es recién ahora que se lo puede iniciar en un nuevo método de iniciación en el código de la ruta.

📍 En los paseos por la ciudad, ahora sin tener al niño de la mano, puede empezar a comentar su comportamiento, que debe ser siempre ejemplar, con expresiones breves, por ejemplo "está verde, puedo cruzar...".

📍 Hágale comprender que es preferible renunciar a una pelota si cae a la calzada que correr detrás de ella.

📍 Puede jugar con el chico invirtiendo los papeles. Déjese conducir por él para cruzar la calle. Si ha cometido errores, hágaselos notar inmediatamente, o felicítelo si es que lo merece.

📍 Si usted está del otro lado de la calzada, no lo llame, cruce usted. El niño puede sentirse protegido al verlo y cruzar desprevenidamente.

📍 Si la ocasión se presenta, hágale resolver pequeños problemas de tránsito, por ejemplo: ¿dónde podemos cruzar mejor la calle? ¿por qué no se puede cruzar entre coches estacionados? 

📍 A toda pregunta que le haga con respecto al tránsito, dele una respuesta razonable y fácil de entender. No lo llene de conocimientos, el niño aprenderá solo aquello que comprenda y pueda representarse.

Cuando viajamos con los chicos en automóvil

. Deben ubicarse siempre en los asientos traseros, en sillitas para niños hasta que su estatura les permita la utilización del cinturón de seguridad.

. Debe evitarse bajo todo concepto que saquen las manos o la cabeza por las ventanillas, por lo que se recomienda no bajar mucho los vidrios y colocar siempre las trabas de seguridad.

. Al detenerse, sólo se les debe permitir descender por el lado de la acera o banquina.

. Si es posible, no deje nunca a los niños solos en el vehículo y en caso contrario saque la llave de contacto, ponga el freno de mano y dirija las ruedas hacia la acera.






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